Emociones

emociones

Canción

Material Descargable

Tienes que formar expresiones faciales con las imágenes de los ojos y de las bocas que te puedes descargar. Combínalos e invéntate una historia para explicar por qué el niño se siente así. ¿Está contento porque va a pasar la tarde jugando con sus amigos? ¿Está triste porque se muda de ciudad?

Puedes colorear esas caras y pintarles un pelo y un cuerpo, tienes muchas posibilidades para explorar…

Actividades Complementarias

Es muy importante saber que las emociones aparecen y no son ni buenas ni malas, pero siempre hay que VALIDARLAS. Es valioso sentir lo que sentimos, después ya decidiremos cómo actuar. Muchas veces tendremos que trabajar sobre cómo nos comportamos y a veces tendremos que cambiar nuestro comportamiento, pero no nuestra emoción. Para eso es necesario saber ponerles nombre. Con este cuento trabajamos la tristeza, el asco, la ira, el miedo, la sorpresa y la alegría. Si nos damos cuenta de cómo reacciona nuestro cuerpo y le ponemos nombre estamos avanzando mucho ya que integramos los hemisferios de nuestro cerebro y así nos entendemos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. El hemisferio derecho es más emocional y el izquierdo es más racional. En la primera infancia predomina el hemisferio derecho por eso a veces nos sentimos desbordados por nuestras emociones.

Lo que pensamos da significado a las emociones por eso es tan importante integrar el cerebro. No somos malos porque nos enfurezca que nos hayan estropeado nuestro puzle, nos sentimos enfadados porque nos ha costado mucho hacerlo y en un momento nos lo han destrozado, es normal sentirse así. Aprendemos a identificar nuestras emociones y expresarlas adecuadamente.

Hay que saber que podemos sentir varias emociones a la vez; podemos sentir nostalgia por nuestros amigos de otro colegio porque ya no estamos con ellos y hay parte de tristeza pero también de alegría por todo lo que hemos vivido juntos. Las emociones pueden ser muy intensas pero no tiene por qué durar mucho tiempo.

Todas las emociones son necesarias y nos han ayudado a ser lo que somos a día de hoy. Sentir alegría nos ayuda a querer formar parte de un grupo y compartir momentos con los demás porque, somos seres sociales. Sentir tristeza nos hace comprender las pérdidas y asumir el mundo que nos rodea, lo preocupante sería no sentirla. El asco nos protege de los peligros por ejemplo de alimentos que estén en mal estado y nos puedan dañar. El miedo nos activa y nos prepara, ante algo que consideremos peligroso podremos salir corriendo para protegernos. La rabia se relaciona con el instinto de protección, si algo nos enfada aprenderemos a valorarnos y a decir que no.

Es muy frecuente que entre los 2 y los 6 años se produzcan las rabietas. Nos desbordamos porque toma el control de nuestro cerebro la parte emocional.

Recursos de ayuda para los papás

 ¿Qué recursos podemos utilizar para calmarnos?

  • Fabricar un bote de la calma, se trata de un frasco en el que introducimos pequeños objetos (como bolitas, aros, conchas, purpurina, hojas…) y agua. Lo tapamos y lo agitamos fuerte; así enseñamos al niño cómo nos sentimos en ese momento pero veremos que cuando dejamos de movernos todos los materiales vuelven al reposo y eso es lo que tenemos que conseguir con los niños.
  • Podemos tener a mano folios y pinturas, una manera de descargar la rabia que sentimos es empezar a dibujar trazos hasta que poco a poco esas líneas tomen formas más definidas y el niño empiece a controlar lo que dibuja. Se trata de una manera artística de sacar esa ira.
  • Moverse; para cambiar el estado emocional a veces necesitamos mover el cuerpo para descargar esa emoción, puede venir bien salir a correr, bailar, saltar…esa actividad física regulará nuestro sistema emocional.
  • Dar golpes con un cojín o apretar una pelota de gomaespuma. Hay veces en las que necesitamos descargar esa emoción que se apodera de nosotros y nos dan ganas de pegar y estrujar, pues hagámoslo pero de una forma aceptable.
  • Respirar y concentrarse en la inspiración y en la exhalación. Para controlar la activación de nuestro cuerpo podemos trabajar sobre la entrada y salida del aire imaginando que al espirar soltamos todo lo que nos hace sentir mal, para ello dedicaremos unos segundos más a sacar el aire que a inhalarlo.
  • Contar hasta 10. Podemos centrarnos en el conteo para irnos tranquilizando poco a poco.
  • Ir a una zona de la casa que suponga nuestro refugio, por ejemplo que el niño tenga juguetes que le gusten, que podamos poner música agradable, un lugar de la calma rodeado de estímulos placenteros.
  • Dar un ejemplo adecuado, los niños aprenden mucho de gestión de emociones viendo cómo lo hacemos los adultos.

Podemos proponerles a los niños que hagan juego simbólico, que escenifiquen con sus muñecos qué ha pasado, por qué se han sentido con miedo y qué se les ocurre para la próxima vez que les suceda algo parecido. También lo pueden dibujar y después hablar para enseñarles estrategias que sepan que siempre pueden contar con su familia que va a estar ahí para ayudarles y apoyarles en lo que necesiten.

¿Sabías que...?

¿Sabías que los sentimientos son elaboraciones a partir de emociones y pensamientos?

¿Sabías que las emociones reflejan una necesidad que tenemos que atender?

¿Sabías que la regulación de las emociones puede aprenderse?

¿Sabías que poner palabras a lo que sentimos regula su intensidad?